domingo, 19 de octubre de 2008

El cuento del leñador

Hace unos días leí el cuento que transcribo a continuación al que se le pueden encontrar muchas similitudes y moralejas dentro del mundo empresarial.

[Through the woods. Foto de: aggielap]



El cuento del Leñador (Anónimo)
(mejor leer con la música de arriba)

En cierta ocasión, un hombre joven llegó a un campo de leñadores, ubicado en la montaña, con el propósito de obtener trabajo. Durante su primer día laboral trabajó arduamente y como resultado, taló muchos árboles. El segundo día, trabajó tanto como el primero, pero su producción, fue escasamente la mitad del primer día. Al tercer día, se propuso mejorar su producción. Golpeó con furia el hacha contra los árboles, pero los resultados fueron nulos. Al ver el capataz el escaso rendimiento del joven leñador, le preguntó:"¿Cuándo fue la última vez que afilaste tu hacha?" El joven respondió: "realmente no he tenido tiempo de hacerlo, he estado demasiado ocupado cortando árboles".

Y es que a veces corremos para ir más despacio. En multitud de ocasiones es conveniente, pararse y reflexionar sobre lo que se necesita realmente antes de lanzarse a hacer una tarea "improvisando".

¿En que consiste la productividad del cuento?: En producir más leña, diríamos todos. Esto que parece trivial, a veces se olvida y se piensa que produce más quien es más fuerte o el más rápido cortando. Esto sería así si se dieran, además de éstos, otros condicionantes que afectan a la tarea ( buenas herramientas de trabajo, adecuada recompensa por su trabajo, formación, buen ambiente de trabajo,... ).

En este caso, y nunca mejor dicho, "los árboles no nos dejan ver el bosque", la ofuscación en un detalle del problema no nos permite dar una adecuada solución. Para llegar a una solución robusta, primero hay que entender el problema, después localizar sus causas y por último implementar soluciones. No avancemos soluciones antes de comprender el problema, porque lo más probable es que sean erróneas.

Pero además de éstas ideas que se puede extraer del cuento, a mí se me ocurren otras:

  • Lo primero que se necesita para recolectar leña es un gran bosque que nos asegure suficientes árboles con el paso del tiempo: Esto hace referencia a la planificación a medio-largo plazo, a la estrategia. ¿Tiene sentido un ejercito de leñadores para producir más leña, si dentro de un año no quedará bosque?.

  • ¿Quién necesita leña?. ¿Para quién se produce?, para abastecer a unas cuantas casas de campo, a una ciudad, una fábrica de muebles ... Importante pensar en la dimensión del mercado para ajustar la producción y recursos al mercado, o intentar ajustar el mercado a nuestra producción y recursos (en este último aspecto es donde entrarían los expertos en marketing).

  • ¿Por qué no buscas otras formas de cortar la leña? ¿para qué emplean mis clientes la leña? ¿Es posible cubrir esa necesidad con otro producto?. En este caso hablamos de Innovación, no esperemos a que se dejen de utilizar las cocinas de leña para reorientar el producto, adelantemos al mercado, démosle nuevas alternativas de uso, nuevos productos para cubrir una misma necesidad, etc.
Podría seguir sacándole provecho al cuento, pero también me gustaría recibir vuestras propuestas en el apartado de comentarios. ¿Os animáis a aportar otras enseñanzas empresariales de este cuento?

Gracias y ... hasta otro día!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta razón tiene la moraleja, si todos los dias se hace un poquito al cabo del mes se hará un mucho.

Está claro que en este tiempo del ya y del tiempo real, no tenemos tiempo para afilar.

Saludos, Beto.

Jo dijo...

Perdona Aggie, creía que la foto era cc by-nc-sa que es lo que suelo buscar en flickr.

Si tienes algún inconveniente en que aparezca en mi blog, avísame para quitarla.

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Sorry Aggie: I tought the picture was CC By-NC-SA. These are the kind of pictures I use to search in Flickr.

If you have any inconvenience, please let me know and I will remove your picture from my blog.

BTW great picture!

Regards,