martes, 12 de octubre de 2010

El barco de crucero, una máquina de hacer dinero

Un crucero es una gran industria del entretenimiento. Para que todo funcione bien, hay una gran cantidad de personas al servicio del crucerista. En nuestro caso un miembro de la tripulación por cada tres pasajeros.

Dentro de la tripulacion tenemos a los encargados de la navegación, camareros, cocineros, mecánicos, limpiadores, animadores, personal de mantenimiento, etc.

Pero tan impresionante como el número de miembros de tripulación es la capacidad para gererar dinero que tiene este tipo de barcos.

Aquí hay muchas posibilidades para gastar más dinero, además del que ya se gastó al reservar el viaje.



Una medida que incita al gasto es que nada se paga con dinero. Al entrar en el barco te dan unas tarjetas identificativas a la que asocias una tarjeta de crédito. Todas las compras del barco se pagan con esta tarjeta. El dinero no lo ves por ningún sitio y sin embargo se mueve a una velocidad asombrosa.

Aquí van unas cuantas opciones para gastar más:

Excursiones: cuando estas en puerto tienes la opción de realizar una visita organizada por el crucero o ir por tu cuenta. La segunda opción es complicada, ya que tienes muy poco tiempo, has de coger transportes y tienes que haber planificado la visita. Las excursiones organizadas no son nada baratas y constituyen una fuente importante de gasto adicional en el crucero.

Las bebidas: actualmente los cruceros tienen packs de bebidas. Nosotros teníamos las de las comidas y cenas (lo que nos permitía beber en comidas y bebidas por un precio fijo). Luego está la full equip, que incluye todas las bebidas que puedas tomar en el barco (restaurantes, barras y pubs). En el barco pude diferenciar claramente a las personas que tenían el completo, ya que cada vez que me los cruzaba los encontrabas con un coctel en la mano. Para los que no los tienen, las bebidas que se toman en el barco se pagan de forma adicional. Tanto el método tarifa plana como el pago por bebida reportan ingresos adicionales.

Las fotos: fotos a todas horas. Al bajar del barco, al subir, durante las cenas, en la recepción del capitán, etc. Lo peor que puedes hacer es ir a verlas, ya que seguro que hay alguna que te gusta y picas.

El spa: en el barco también hay spa, con todo tipo de tratamientos, que por supuesto, se paga de forma adicional.

El casino: para los intrépidos. Sólamente funcionan en aguas internacionales, donde no se aplica la jurisdicción de ningún país.

Las tiendas: en aguas internacionales no hay impuestos. Es como si estuvieras en Andorra, pero en alta mar.

Las promociones y recuerdos: el marketing también está presente en el barco.  Está el día del hombre, donde se realiza descuento adicional al comprar artículos de hombre. El de la mujer, niños, los descuentos especiales de última hora. En fin, un empujoncito más para realizar compras.

Cuando ya crees que las comprado todo, hay un cargo adicional obligatorio "Las propinas". 8 euros por persona y día. La verdad es que el servicio se desvive por tí, pero por qué no incluirlo en el precio inicial del crucero si es un fijo.

Me contaron nuestros compañeros de cena, que se encontraron en la piscina a una señora que lloraba desconsolada contemplando el extracto de la factura ( dos días antes de acabar el crucero). Es muy fácil gastar sin darte cuenta de cuanto gastas.

La enseñanza de este asunto es que "siempre puedes encontrar ventas adicionales para incrementar el beneficio".

Esta estratégia la puedes observar también en parques temáticos, espectáculos circenses y en la cola de la caja del supermercado o ¿Por qué piensas que tienen allí los chicles, las chocolatinas y las pilas?

Hasta otro día.