En cualquier organización, en el transcurso diario de las tareas suelen surgir problemas, algunos fáciles, otros muy complicados de resolver, unos previsibles, otros inesperados, de índole técnica, personales, triviales, que se pueden resolver por una persona, que requieren de un grupo, etc.
Ante la aparición de un problema actuamos de distinta manera según nuestro carácter o “manera de ser” y también de nuestras circunstancias o contexto (estado de ánimo, motivación, afinidades personales, …).
[Resolviendo. Foto de: orangeacid]
La lógica nos dice que ante un problema hay que encontrar una solución, pero los seres humanos, además de racionales somos emocionales, y esta afirmación no es siempre cierta. Muchas veces ocurre que los problemas se amplifican dentro de una organización requiriendo gran cantidad de recursos innecesarios e improductivos para resolverlos. Este efecto merma drásticamente la eficiencia de una organización, es lo que yo llamo “hacerse una trampa uno mismo”.
A modo de reflexión personal:
Un problema se resuelve mejor cuanto más cerca nos encontramos de su causa: Es muy difícil que el director general de una organización resuelva un tema muy particular de la actividad de un miembro de su organización mejor que él (esto también ocurre a la inversa). Cada uno de nosotros conocemos mejor nuestro trabajo que cualquier otra persona de la organización y por lo tanto acertaremos más fácilmente en la resolución del mismo.
Otro tema es que en la cultura de la empresa se castigue severamente la equivocación. En ese caso nadie querrá tomar decisiones, porque quien se equivoque será señalado como culpable. En esta situación aparecen lo que yo llamaría personas “arresponsables” (sin responsabilidad) que derivan las decisiones para que sea “otro” el que cometa la equivocación. Dicho de otra forma, tratan de no “mojarse” por lo que pueda pasar. Paradójicamente este tipo de personas suelen atribuirse méritos de decisiones que no han tomado.
Los problemas no se crean, ¡se resuelven!: ¿Por qué hay personas que se empeñan en generar problemas donde no los hay?. Cualquier problema requiere un esfuerzo en su resolución, por lo tanto evitemos crear problemas fantasma. Sobre este punto comentar que así como hay personas que son fuente de problemas (los crean donde no existen), también hay otras que son sumidero de problemas (de una forma u otra muchos problemas van a parar a ellas, que son las que los resuelven). Si las tenéis identificadas, cuidad bien a los sumideros y tratad de frenar a las fuentes.
[Resolviendo problema. Foto de: widdowquinn]
La mejor forma de solventar un problema es no planteárselo: actitud totalmente pasiva que adoptan algunas personas en la organización donde se actúa como si no existiera el problema y por lo tanto no les cabe buscar solución. Otra variante es el problema transferido. En este caso hay una persona que tiene un problema, que sería natural que resolviera (porque tiene capacidad para hacerlo y porque es suyo). Esta persona selecciona a una victima con la que interactúa de tal forma que al final, la primera queda libre y otra con la responsabilidad de solventar el problema. (Hay personas que son verdaderos maestros en este arte).
La capacidad de resolver problemas, con los mínimos recursos posibles, da una idea de lo resolutiva y eficiente que es una persona: Hay personas que para clavar un clavo en la pared necesitan varias personas a su alrededor (la que le lleve la caja de herramientas, le entregue los clavos, la que consiga una escalera y la sostenga, la que le asesore si está correctamente planteado en la pared y las que posteriormente recoja todo). Lo asombroso de este tipo de personas es que después de todo esto, alardean de haber clavado el clavo “Este clavo lo clavé yo”. Es cierto pero ¿El resto que ha hecho?.
¿Es que no puede llevarse la caja de herramientas y la escalera, clavar el clavo y luego recoger?. La respuesta tipo suele ser :¡NO!, ¡ese no es mi trabajo!. No profundizaré en este asunto pero ¿Por qué aunque NO sea nuestra responsabilidad, y si sabemos y lo podemos solventar más rápido que otra persona, no lo hacemos?. Esto es lo que se suele denominar compañerismo o sentimiento de empresa... Pues NO!, hay que avisar al que trae la caja de herram ientas, al de la escalera, …Ah y no os olvidéis de que alguien tiene que limpiar un poco el suelo, que al clavar el clavo ha caído un poco de arenilla.
[El ajedrez infinito. Foto de: FJTU (a veces on-line)]
En fin, parece que en la resolución de algunos problemas se crean… ¡más problemas!. Así que… ¡Cuidado con los bucles infinitos de problemas!.
Hasta otro día,
Ante la aparición de un problema actuamos de distinta manera según nuestro carácter o “manera de ser” y también de nuestras circunstancias o contexto (estado de ánimo, motivación, afinidades personales, …).
La lógica nos dice que ante un problema hay que encontrar una solución, pero los seres humanos, además de racionales somos emocionales, y esta afirmación no es siempre cierta. Muchas veces ocurre que los problemas se amplifican dentro de una organización requiriendo gran cantidad de recursos innecesarios e improductivos para resolverlos. Este efecto merma drásticamente la eficiencia de una organización, es lo que yo llamo “hacerse una trampa uno mismo”.
A modo de reflexión personal:
Un problema se resuelve mejor cuanto más cerca nos encontramos de su causa: Es muy difícil que el director general de una organización resuelva un tema muy particular de la actividad de un miembro de su organización mejor que él (esto también ocurre a la inversa). Cada uno de nosotros conocemos mejor nuestro trabajo que cualquier otra persona de la organización y por lo tanto acertaremos más fácilmente en la resolución del mismo.
Otro tema es que en la cultura de la empresa se castigue severamente la equivocación. En ese caso nadie querrá tomar decisiones, porque quien se equivoque será señalado como culpable. En esta situación aparecen lo que yo llamaría personas “arresponsables” (sin responsabilidad) que derivan las decisiones para que sea “otro” el que cometa la equivocación. Dicho de otra forma, tratan de no “mojarse” por lo que pueda pasar. Paradójicamente este tipo de personas suelen atribuirse méritos de decisiones que no han tomado.
Los problemas no se crean, ¡se resuelven!: ¿Por qué hay personas que se empeñan en generar problemas donde no los hay?. Cualquier problema requiere un esfuerzo en su resolución, por lo tanto evitemos crear problemas fantasma. Sobre este punto comentar que así como hay personas que son fuente de problemas (los crean donde no existen), también hay otras que son sumidero de problemas (de una forma u otra muchos problemas van a parar a ellas, que son las que los resuelven). Si las tenéis identificadas, cuidad bien a los sumideros y tratad de frenar a las fuentes.
La mejor forma de solventar un problema es no planteárselo: actitud totalmente pasiva que adoptan algunas personas en la organización donde se actúa como si no existiera el problema y por lo tanto no les cabe buscar solución. Otra variante es el problema transferido. En este caso hay una persona que tiene un problema, que sería natural que resolviera (porque tiene capacidad para hacerlo y porque es suyo). Esta persona selecciona a una victima con la que interactúa de tal forma que al final, la primera queda libre y otra con la responsabilidad de solventar el problema. (Hay personas que son verdaderos maestros en este arte).
La capacidad de resolver problemas, con los mínimos recursos posibles, da una idea de lo resolutiva y eficiente que es una persona: Hay personas que para clavar un clavo en la pared necesitan varias personas a su alrededor (la que le lleve la caja de herramientas, le entregue los clavos, la que consiga una escalera y la sostenga, la que le asesore si está correctamente planteado en la pared y las que posteriormente recoja todo). Lo asombroso de este tipo de personas es que después de todo esto, alardean de haber clavado el clavo “Este clavo lo clavé yo”. Es cierto pero ¿El resto que ha hecho?.
¿Es que no puede llevarse la caja de herramientas y la escalera, clavar el clavo y luego recoger?. La respuesta tipo suele ser :¡NO!, ¡ese no es mi trabajo!. No profundizaré en este asunto pero ¿Por qué aunque NO sea nuestra responsabilidad, y si sabemos y lo podemos solventar más rápido que otra persona, no lo hacemos?. Esto es lo que se suele denominar compañerismo o sentimiento de empresa... Pues NO!, hay que avisar al que trae la caja de herram ientas, al de la escalera, …Ah y no os olvidéis de que alguien tiene que limpiar un poco el suelo, que al clavar el clavo ha caído un poco de arenilla.
En fin, parece que en la resolución de algunos problemas se crean… ¡más problemas!. Así que… ¡Cuidado con los bucles infinitos de problemas!.
Hasta otro día,
4 comentarios:
Cuanta razón tienes, José.
Saludos.
Hola Jose
Mucho tiempo. He descubierto tu blog por casualidad.
Algun día, cuando tenga tiempo y vaya a Alacant, te llamare y quedamos para contarnos cosas. De paso os presento al pequeño trasto que tengo.
Un saludete
¡¡¡SOY INMORTAL!!! Todavía me acuerdo de esto en Valencia. JAJAJAJAJAJA
¿Sabes quien soy? ;-D
Hola Javi:
Ya me contarás como has llegado hasta mi blog.
Avísame cuando vayas a estar en Alicante y nos vemos!!!
Un abrazo,
Hoja de ruta para solventar problemas
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