La frase de arriba os puede parecer una chorrada, o una perogrullada, pero lo cierto es que esta palabra genera en nuestro subconsciente una poderosísima atracción. Con este post trato de demostrar un experimento, que aparece en el programa redes de rtve "Somos previsiblemente irracionales" (Incluido al final de esta entrada). Por ello, os ruego que, si habéis leído hasta aquí, y antes de abandonar, me digáis cómo habéis llegado hasta este post.
[ Abrazos gratis. Foto de: Dan!!!!]Echadle un vistazo a esta búsqueda que os incluyo de google trends. ¿Qué es más buscado en Google. Salud, dinero o amor, que según muchas canciones y dichos populares son las tres cosas importantes de la vida?. Pues la palabra "gratis" en comparación con éstas destaca asombrosamente.
Toda la capacidad de atracción de esta palabra es bien conocida por los expertos en marketing que se encargan de realizar campañas de publicidad y promociones. Fijaos en como se abusa de ella, ..."¡Llévatelo gratis, y págalo dentro de tres meses!". Y digo yo, ¿pero no era gratis?
Una vez me encontré dentro de un tumulto. Parecía que estaban entregando algo y la gente se había agolpado. Yo le pregunté a una de las personas que se encontraban allí. ¿Qué pasa?. ¡Que están dando algo!, me dijo. ¿Qué?, le pregunté yo. ¡No lo sé, pero es gratis!.
Si nos paramos a pensar puede parecer un poco absurdo, esperar por no se qué. Pero, como podemos comprobar, la diferencia entre 2 céntimos y 1 es poca, sin embrago entre 1 céntimo y 0, es decir, gratis, la diferencia es abismal.
Todas estas reacciones, en principio, un poco desconcertantes y en algún caso ilógicas, realmente funcionan atendiendo a un patrón, un impulso irracional que nos lleva a la acción.
Toda la capacidad de atracción de esta palabra es bien conocida por los expertos en marketing que se encargan de realizar campañas de publicidad y promociones. Fijaos en como se abusa de ella, ..."¡Llévatelo gratis, y págalo dentro de tres meses!". Y digo yo, ¿pero no era gratis?
Una vez me encontré dentro de un tumulto. Parecía que estaban entregando algo y la gente se había agolpado. Yo le pregunté a una de las personas que se encontraban allí. ¿Qué pasa?. ¡Que están dando algo!, me dijo. ¿Qué?, le pregunté yo. ¡No lo sé, pero es gratis!.
Si nos paramos a pensar puede parecer un poco absurdo, esperar por no se qué. Pero, como podemos comprobar, la diferencia entre 2 céntimos y 1 es poca, sin embrago entre 1 céntimo y 0, es decir, gratis, la diferencia es abismal.
Todas estas reacciones, en principio, un poco desconcertantes y en algún caso ilógicas, realmente funcionan atendiendo a un patrón, un impulso irracional que nos lleva a la acción.
El cerebro humano y la irracionalidad
Por la estructura de nuestro cerebro, todos los estimulos que percibimos a través de nuestros sentidos, pasan inicialmente por nuestro cerebro primitivo o límbico (el irracional). Una vez preprocesados los estímulos por el cerebro límbico llegan al cerebro consciente (córtex), el que nos permite razonar.
El cerebro primitivo es el que manda sobre nuestros actos impulsivos. Es el que permitía a nuestros antepasados prehistóricos echar a correr antes de que se dieran cuenta que estaban en peligro.
Muchas veces, actuamos de determinadas formas que luego no logramos explicar cuando lo pensamos detenidamente (razonadamente). Se produce, lo que podríamos denominar "un secuestro" de nuestra acción por parte del cerebro límbico. Este secuestro nos lleva a la acción antes de ser analizada por parte de nuestro cerebro consciente. De ahí el dicho de "cuenta hasta 10 antes de ...".
En otras ocasiones el preproceso de nuestro cerebro primitivo distorsiona la información que luego se pasa al cerebro racional. Así ocurre también con nuestra toma de decisiones, que muchas veces está contaminada por nuestro cerebro primitivo.
Por todo esto, y como podemos ver en este documental, existe un pequeño orden dentro de lo irracional. Es decir, podemos explicar y predecir que es lo que vamos a realizar cuando actuamos sin pensar.
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