domingo, 15 de junio de 2008

Pánico en mercados (huelga de transportes)

Ayer sábado fue día de compra semanal en casa. La huelga de transportes no ha variado nuestros hábitos de compra. No fuimos antes de la huelga a abarrotar la nevera, sino que lo hicimos como de costumbre.

Una vez resuelta la huelga de transportes, y después de una semana sin pisar el supermercado, esperaba encontrarme la escena normal de todos los sábados. Pero para mi sorpresa, cuando llegué, ya a media mañana, muchas estanterías estaban desabastecidas. Eran palpables las heridas causadas por la huelga de transportes.

[Siberian Supermarket. Foto de: drinksmachine]

Conforme iba haciendo la compra pensaba acerca del negocio perdido por la cadena de supermercados al no tener género en sus estanterías. Sólo pensaba en el déficit de oferta de productos que no llegaron al supermercado cuando estaban previstos.

Pero cuando estaba en la cola para pagar, una señora conversaba con la cajera “Menudo desastre, no hay casi nada en las estanterías, se nota la huelga!“ a lo que la cajera le respondía “Señora, durante los próximos días, muchos de nuestros clientes también van a tener que tirar mucha comida a la basura”.

En este momento me di cuenta que el problema realmente tiene dos dimensiones. Una menor oferta (causada por la huelga) y una demanda mayor de lo habitual (provocada por los cambios en los hábitos de compra de los clientes que se preparaban para una larga huelga). Y es que cuando el pánico se adueña del mercado, ocurren movimientos difíciles de explicar razonadamente. Actuamos impulsivamente, sacando a relucir nuestro primitivo y emocional “instinto de supervivencia”, agravando y acentuando el problema.

En este sentido, sé del caso de una señora que hizo acopio de kilos y kilos de harina, por si con esto de la huelga llegara el día que no hubiera nada para comer en los supermercados.

El problema durante esta semana ha sido el temor de que los supermercados quedaran vacíos. Esto, en cierta medida, ha sido así, produciéndose un déficit de oferta. Pero es que la gente, también ha reaccionado de forma exagerada, incrementando la demanda. Todo esto concentrado en los días previos o en los primeros días de la huelga. El resultado… estanterías más vacías de lo que hubiera sido normal y precios al alza.

Mucha gente ha variado sus hábitos de consumo (provocando una demanda no programada e imprevisible) con lo que aunque los supermercados hubieran funcionado normalmente habría habido problemas. Y es que los supermercados, y más hoy en día, se dimensionan para una capacidad, adquiriendo periódicamente (algunos a diario) las cantidades de productos que esperan vender. Si esa cantidad aumenta de forma imprevista, entonces la estantería se vacía sin posibilidad de que el supermercado la reponga (capacidad excedida de ese producto o técnicamente rotura de stock).

Este fenómeno también lo he visto en los mercados de valores (bolsas): cuando se producen noticias o rumores negativos, muchas veces la reacción del mercado es tremendamente desproporcionada.

¿ Quizá sea por esto que los políticos insisten en no calificar la situación actual de la economía española como de crisis ? ¿ para que no actuemos influenciados por el sentimiento de pánico ?.

¿ Qué opinas ? . Hasta otro día !

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