martes, 7 de agosto de 2012

Smartphoneitor

Pongámonos en situación: en algún aeropuerto de nuestro país vecino. El que empieza por F y acaba por A. Hora punta, abarrotado de viajeros y con algún error en las pantallas de asignación de puertas de embarque. En el mostrador de información nos encontramos al individuo que aparece en la foto al que deliberadamente he distorsionado sus rasgos faciales para preservar su identidad.


Nuestro diligente personaje se encuentra resguardado, escondido y parapetado al calor del mostrador. Sus dedos tienen una actividad frenética. ¿Trabajando? Me pregunto. No, Smartphoneando!!!

Llámese twitter, whatsapp, e-mail, angry birds o cualquier otra aplicación móvil, Smartphoneitor se encuentra absorto en sus quehaceres móviles, ajeno al ajetreo propio de un aeropuerto y al caos de pasajeros que se respira a su alrededor.

De vez en cuando, algún pasajero como yo, lo interrumpe, para preguntar sobre la puerta de embarque de algún vuelo. Ante esta insolente interrupción responde, siempre en francés, que es su compañero quien tiene que atenderle.

Me parece un espécimen interesante, y cámara en mano decido inmortalizarlo en su burbuja móvil. En el momento de realizar la instantánea, se gira, en su movimiento ensayado, que indica a un sufrido pasajero que es su compañero el que tiene que atenderle. El objetivo de mi cámara fotográfica y su mirada quedan enfrentadas y transcurrido un tiempo de reflexión me pregunta, desde su asiento, si le he hecho una foto. Posteriormente se levanta y me reclama que le enseñe la última foto, recordándome que está prohibido fotografiar a personas dentro de lugares públicos como éste (en esta ocasión se dirige hacia mí, no en francés ni inglés, sino en castellano). Me da la impresión que este es la única actividad relevante que ha realizado en un buen rato, además de interactuar con su móvil.

Después de sortear sus peticiones, vuelve a su sitio y mientras que permanezco en el mostrador, esperando que su compañero me atienda, no desenfunda su Smartphone que guarda, vibrante y juguetón, en el bolsillo de su camisa.

Al rato, a su compañero también parece molestarle que le siga preguntado por la puerta de embarque tras darme tres o cuatro opciones (esperar más adelante, la K, la P, ¿??###). ¿Qué juego es éste?, ¿Tan difícil es averiguar la puerta correcta?. Me voy del mostrador al darme cuenta de que este compañero tampoco me va ayudar mucho. Finalmente, aparece la información correcta en las pantallas. Al dirigirme hacia la puerta de embarque definitiva, vuelvo a pasar cerca del mostrador y… efectivamente, se encuentra allí, teléfono en mano, pellizcando la pantalla. Es un smartphoneador empedernido.

Reflexión 1: Este personaje es más común de lo que parece y nos lo encontramos en muchas empresas. Hay personas que no saben utilizar el móvil inteligente con la mesura y prudencia propias de un centro de trabajo.
 
Reflexión 2: Cuestión de prioridades. No me parece mal, que en ratos libres se consulte el móvil, pero no que en ratos libres se haga el trabajo. Me parece una falta de respeto al pasajero y usuario, ignorar su problema mientras se utiliza el móvil.

Reflexión 3: por un momento pensé que el sufrido trabajador iba a llamar a un policía para obligarme a mostrar la foto realizada. También pensé que, con la ley en la mano, podría ser más punible hacer una foto al personaje que tocarse los mismísmos en el puesto de trabajo.

Reflexión 4: En algunas empresas, y para el control de calidad, se emplea la figura del cliente camuflado. Se trata de un trabajador a sueldo de la empresa que se hace pasar por cliente para ver cómo es atendido.
Cómo me hubiera gustado que viviera mi situación con smartphoneitor y el compañero ignorante. Probablemente hubiera llegado a la misma conclusión que llegué yo. Desde mi punto de vista ambos sobraban ya que no me aportaron valor ni a mí ni a otros pasajeros y además dañó la percepción del servicio que estábamos recibiendo….

Reflexión 5: por este pobre servicio, smartphoneitor y su compañero cobran, al menos 1.398,37 € brutos/mes que es el salario mínimo en nuestro país vecino.

¿Qué os parece?